“Cerca de Valdepeñas y Cózar está la villa de TORRE DE JUAN ABAD, rica en un patrimonio único por su especial significación: La ermita de origen templario “ VIRGEN DE LA VEGA” que encierra un preciado tesoro de testimonio singular: la inscripción de su bóveda: “POR LOS TEMPLARIOS CONSTRUIDA, Y POR LA PASIÓN LO DESTRUYÓ EN 1310. LA VERDADERA PIEDAD FLORECIENTE LO RESTITUYÓ, Y REEDIFICÓ... EN 1644” .
Allí se centra mi narración que espero os motive, para conocer mejor este lugar, ya conocido por la Casa de Quevedo y otros grandes literatos, pero que a mi juicio faltaba rememorar la importancia de su pasado templario. Las huellas moriscas en la zona son evidentes también en muchos rastros:
1. ALMONECID era asentamiento anterior a Torre de Juan Abad, y como su nombre indica estar ía ubicado en las proximidades del santuario religioso, al modo de “RIBAT” de la época musulmana, como “huerta del Señor” delatando una fértil vega, protegida por las fortalezas próximas, de la Higuera y Eznavejor en el “estrecho”.
2. La presencia de una lápida mortuoria con inscripciones cúficas y árabe antiguo, actualmente en proceso de descifrado a cargo de un prestigioso arqueólogo buscado por el Alcalde de la Torre. Se presupone pertenecer a una sepultura de un notable “santón musulmán”, y los indicios de osamentas hallados por obreros en la época de arreglos del suelo nutren el misterio templario, que nos ofrece Torre de Juan Abad.
3. La debilidad militar de aquel antiguo pueblo musulmán, era patente con el pago de tributos “parias”, conforme a la estrategia de “las coras de El Ulga” tan útiles para proteger la vida del Rey Alfonso VI de Leon en Toledo (1072), o permitir el encierro en el próximo Castillo de Eznavejor de Hixem III, último Califa de Córdoba. 4. El tipo de cultivos en la Vega desde entonces nos acerca al cañamón y otros productos muy apreciados en los molinos existentes ya en la época templaria, sin olvidar el papel que los Cruzados jugaron en la introducción del cannabis en toda Europa con variedades como el “Benjil” que vemos en las montañas del Rif marroquí, presentes en los celebres “tostones” típicos en la región y similares galletas que se ofrecen en las medinas al visitante del norte de África.
5. No fue una casualidad que la “pasión” destruyera la Ermita en 1310: año en que se cebaron la envidia y la ambición de “otras ordenes vinculadas a la jerarquía: Santiago y Alcántara especialmente, alentando la destrucción de toda huella templaria 6. La Orden del Temple fue rehabilitada con la absolución del Papa a los caballeros, en agosto de 1308. Pero “misteriormente ocultada” hasta que la investigadora italiana Barbara Frale lo encontró entre los miles de estantes de la Biblioteca y Archivos secretos del Vaticano en 2001. 7. El mal estaba hecho: El Concilio de Alcalá de Henares y el de Salamanca, a expensas de calumnias y falsos testimonios de herejía y de sexualidad desviada, animaban a demoler la imborrable huella templaria, siguiendo el complot que hoy ya está demostrado de Felipe el Hermoso de Francia y el Papa Clemente V . El Temple resistió desde 1308 a 1310, y testimonios como la destrucción de la Ermita de la Vega, no desaparecieron y la devoción popular restituyó en 1644 la obra que podemos hoy contemplar.
8. Los “herederos de todos los bienes del Temple en Castilla: Ordenes de Santiago y Calatrava, no pararon en “barrer para dentro”: y quitan a Torre de Juan Abad una gran parte de su término por decisión del Comendador de Montizón Jorge Manrique, en propio beneficio de su villa. 9. Una triste “limpieza étnica hacia lo morisco” no ajena a los intereses de “Santiago Matamoros”, fue secundada mas tarde por la Inquisición, en ese pasado borrascoso de nuestra historia, que deja atrás esa tolerancia y armonía entre moros y cristianos tan respetada por el Temple.
Su huella, se siente en Torre de Juan Abad, tanto en la serena paz que parece brotar de los muros de su Ermita, como en el ánimo de cuantos se acercan buscando su mensaje, repleto de resonancias esotéricas ... |